Según, la base de la mezcla consiste en combinar tomillo, romero, albahaca y ajedrea. En mezclas más modernas se añade la lavanda (alhucema) más como ingrediente pintorescamente turístico que por tradición culinaria. Pero al igual que muchos condimentos de raices tradicionales, éste también varía según el cocinero o la costumbre familiar. Así se ven mezclas que contienen otra serie de hierbas aromáticas: mejorana, salvia, orégano, laurel, etc
Mi mezcla particular tiene un poco de todo, pero el sabor en conjunto es de una delicada suavidad, no compite con el sabor propio del plato y más bien le añade un toque especial. Tuve la oportunidad de probar una mezcla traída de Francia y básicamente su fuerte sabor residía en el romero y el tomillo, de lo demás ni sombra. Pero, como ya comenté en otro post, mi mezcla gustó mucho a la persona que había traído la preparación francesa. ¡Ni qué decir que me hinché como un globo! Para mí tenía tanto significado como la de una estrella Michelín ¡Menudo galardón!
2 cdta de tomillo,
2 cdta de ajedrea
1 cdta de romero,
1 cdta de orégano,
1 cdta de albahaca,
1 cdta de mejorana,
1 cdta de estragón,
1 cdta de semillas de hinojo trituradas
1 cdta de flores de lavanda Se mezcla todo en un frasco y se trituran ligeramente de manera que no queden trozos muy grandes y que las agujas del romero no se separen del resto. Cerramos bien apretadito de manera que se conserven los aromas y se combinen. Créanme que el pollo de navidad y el rartatuille quedaron sorprendentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario